Es un conjunto de tecnologías que permiten a una maquina “pensar” o “actuar” de forma similar a como lo haría una persona: aprendiendo de la experiencia, apoyando en tareas repetitivas o ayudando en la toma de decisiones. Cuando se desarrolla y aplica de manera responsable, con supervisión humana y principios éticos, la IA se convierte en una herramienta segura y confiable para generar valor sostenible en las organizaciones y en la sociedad.